Soneto.-
Te adoro vida, como siendo rosa,
para mí siempre brillas primavera,
pues veo como pasas a mi vera
de forma tan jovial y tan garbosa;
que a día de hoy no va tan mal la cosa
si disfrutara cuanto más pudiera,
y sobre todo nada me perdiera
del salero que tienes niña hermosa.
No es que sienta dolor ahora mismo
porque vea que pronto te me vayas
al dejarme tan sólo como la una,
siempre que al aceptar mi conformismo
pudiese rellenar mis atalayas
dejando atrás sin gloria pena alguna.
|