TROVAS
Recordando aquella infancia
nos volvemos como niños,
pues según la circunstancia
muchos andamos sin piños.
Entonces sin dentadura
mamábamos de la teta,
hoy pagando la factura
no nos vale la receta.
Será que por inocentes
ajenos a toda intriga ,
nunca fuimos muy conscientes
de rascarnos la barriga.
Ahora ya de mayores
con mirar nos conformamos,
quizás porque los dolores
en serio nos los tomamos.
Que si los años ya pesan
en vano quizás no pasan,
y si los nervios se estresan
con nuestra salud arrasan.
|