SONETO.-
LA NOCHE DE SAN JUAN
Un botellón fantástico y dantesco
se organizó en las playa las Canteras,
donde el güisqui corría a barranqueras
como en un festival carnavalesco.
Menos mal que no hacía mucho fresco
mucha gente borracha, sin barreras
sobre la arena echada y en aceras
un ambiente crearon bien grotesco.
Quizás san Juan huyera avergonzado
a esconderse en alguna sacristía
donde en paz le dejara ya el demonio,
ya que quedar ya queda demostrado
que, el que más y el que menos, consentía
quien sabe si arriesgando el matrimonio.
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