No me abrases infierno sin más gloria
que en esta vida goce mi fortuna
sin mirar de reojo a la tribuna
las noches que demuestras tu victoria.
Si a mi mente se acerca la memoria
de cuando el abrazarte fue locura
tan lejos del cariño la hermosura
que ahora sólo me parece historia.
Historia de un recuerdo moldeado,
tesoro y fantasía de un presente,
repleto de nostalgias y deseos
donde mi corazón desconsolado
conforma siempre su mejor ambiente,
como así lo hiera antaño los tebeos.
|