Que nadie justifique su pasado
aunque ya se conviertan las memorias
en dulces y fructíferas historias
de un presente de sobra adinerado.
Pues cómodo se está sobre el estrado
muy por delante de las viejas glorias,
que estando siempre falto de victorias
nadie podrá sentirse afortunado.
No será de los dioses un secreto
para quienes no somos ni un suspiro,
si estando lejos del favor humano
hoy manejan al vulgo sin respeto,
manteniéndole claro bien a tiro
de cualquier presupuesto cotidiano.
|