El parentesco no asegura en nada
la relación basada en la ternura,
más con frecuencia causa gran rotura
el verte maltratado a la patada.
Y que Dios no te vea en la estacada
exhibiendo con arte y gran frescura
aquellos crueles puntos de sutura
que te puedan aislar de la manada.
Que ver tendrán las hieles del pasado,
que por más que hayan sido satisfechas
a base de trabajo y mucho oficio,
su lastre nunca ha sido aniquilado,
ni superando trabas muy maltrechas
se escapará del fuerte sacrificio.
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