SONETO.-
Si todo lo que late en mis entrañas
sólo huele a dolor y desconsuelo,
que nadie me regale su señuelo
si conserva el sabor de sus patrañas.
Pues de nada me valen las hazañas,
si quien logra tomarme siempre el pelo
en arruinarme pone tanto celo
que por doquier esparce sus cizañas.
Como si mi destino se empeñase
en traerme de vuelta al cruel pasado,
cuando repleto yo de obligaciones
carecía también de toda base
para ser sin pudor considerado
señor y dueño de mis propios dones.-
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