SONETO
El diablo harto ya de carne, dicen,
se mete fraile, igual sin condiciones
donde le han de tratar entre algodones
hasta que sus heridas cicatricen.
Luego, aunque sus neuronas analicen
diferentes colegas santurrones,
si acaso le subsanan sus marrones
y con simples conjuros le bendicen.
Que pueda ser verdad muy poco importa
si a raja tabla el dicho no se aplica,
aunque llevado al límite el rasero
viendo que el fraile hábil se comporta,
en el convento el lodo les salpica
sin más rodeos por el mundo entero.
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