Se nubló el sol,
apareció la tormenta,
alumbra mi oscuridad,
la nube se lamenta.
Toda su agua la poseo yo,
no puede mojar la tierra,
soy yo quien la riega,
con lágrimas, y cadenas.
Una tormenta eléctrica,
no se ve pero se siente,
desde las raíces jóvenes,
hasta las ramas secas.
Me alcanzó su rayo,
me destruyó entera,
no soy nada, ni materia,
solo soy un alma vieja.
Anclada en el pasado,
ya no hay espera,
ya todo está andado,
ya todo es una quimera.
Me quedé a oscuras,
me quedé de piedra,
en el andén de la vida,
sin amor, sin despedida,
en medio de los raíles,
el tren se acerca,
Ya no tengo frío,
mi alma se hiela,
ya no nota nada,
solo ve que vuela.
Surca nuevos espacios,
de la mano que ama,
alza el vuelo, se aleja,
volando en la tormenta.
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