Barcos de amor navegaron en tus sueños,
En aquel otoño de un verano que se fue
Liberando las más puras ilusiones
Elevando tu ser a las alturas, dulce niña,
No estamos solos, ni sentimos horror,
Miramos alto, muy alto, y presentimos,
Aquellas poesias que te hicieron posible,
Rimando entre versos eternos, celestiales,
Inigualables por su muda inocencia,
Ahora,no moveran mi fe los que lo hicieron.
(Vaya este acróstico, a mi niña del alma, paloma herida, que murió en el asfalto, entre versos, hace 25 años, en aquella absurda región de las sinrazones)
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