Cae la noche,,
resplandece la luna de noviembre
iluminando tu rostro amable,
tus ilusiones,
tus contornos arlequinados,
y sonríes y lloras y golpeas
esa rabia contenida.
Te duelen las mentiras
y esas falsedades amargas
que no te mereces,
que te lastiman y te achican.
Cae la noche
y tu soledad se hace presente
en ese corazón de lino y seda
y cruzan por tu mente
los recuerdos marchitos,
aquellos que hacen daño
y que no se marchan
sino que permanecen
y te asustan.
Cae la noche
y alzo la mirada,
y te digo y te repito
¡Que eres fuerte!
y debes pactar con la alegría,
con las flores silvestres
siendo amiga de ti misma.
Cae la noche
y aquí estoy cuidándote,
pensando en ti,
consciente de que ésta luna
te mima y te acurruca
en silencio,
con ternura,
guardando el secreto,
Cae la noche
y te veo mirando a dos seres
a dos pequeñas niñas
que amas,
que abrazas,
que quieres.
(Los corazones de los poetas, nunca prestan las llaves, las regalan))
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