Perder la salud
es vivir en un lamento,
es ver el entorno gris,
sin un mañana, sin esperanza,
es llorar desde las entrañas,
es pasar por la vida
como un espectro,
como un fantasma,
es ver los amaneceres
sin entusiasmarse, sin ilusionarse,
es no tener metas a largo plazo,
es vivir de instante en instante...,
pero veamos el lado positivo
nos dan la oportunidad
de valorar a los demás,
de vivir el poco o mucho tiempo
con alegría, sin tristezas,
atesorar los segundos, los días,las horas,
aceptarse a uno mismo,
adaptarse a la nueva condición,
perdonarse por los errores cometidos
y a su próximo perdonar,
llenarse los ojos de júbilo
por amanecer al nuevo día;
agradecer al Supremo Creador
el poder sentir, el poder vivir,
unos años, unos meses, semanas u horas,
no importa cuánto,
lo importante es vivir el momento,
con amor, con alegría,
dar las gracias
por todas las Bendiciones
con las que nos colmó en vida
el Divino Redentor
y traspasar el umbral
con paz y armonía.
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