Si gracias he de dar al cielo, chico,
por estar vivo y siempre bien callado,
mejor que me contrate un abogado
y por pasta practique con su pico.
Porque de haber errado, rectifico,
si pudiera sentirme desgraciado,
pues desconozco yo de qué pecado
sin motivo me acusa siempre el rico.
Será que a menudo ya protesto
sobre todo a través de mis poemas
por cuestiones que cantan por injustas,
tanto que lo denuncio muy molesto
viendo que a diario crecen los problemas
y que apenas se firman leyes justas.
|