Puesto que huyo de cualquier doctrina
escuchar no soporto los sermones,
de quien a base de calzar razones
la corrupción avala cosa fina.
Mi cerebro no duerme, sino trina,
viendo que al débil caen los marrones,
cuando la curia pisa sus talones
y a los mismos infiernos le encamina.
Pues usando sus lemas catastróficos
la religión actúa de instrumento
a los gobiernos rudos, represivos,
que con sus silogismos filosóficos
al más creyente aplican sus tormentos
como si fueran lobos agresivos.-
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