SONETO.-
Bastante se equivoca la fortuna
si acusarme pretende de mafioso,
porque amigo no soy del mentiroso
cuyo vicio le viene ya de cuna.
Quizás razón no tengo yo ninguna
para disimular cualquier acoso,
pero sé que no siendo poderoso
alcanzar no podré jamás la luna.
Y porque de fortuna no dispongo
a nadie puedo hacerle mucho daño
con mi maltrecha caja de caudales,
que en un rincón la dejaré, supongo,
bien vacía según reluce el paño
en un país al mando de animales.-
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