SONETO.-
A escuchar nos negamos la verdad
cuando los sentimientos uno hiere,
cuando impregnados son de impunidad
y a callar el cerebro nos sugiere.
Pudiera ser que el corazón se altere
por sentido común, a conveniencia,
y para que el riñón no desespere
sólo actúa apelando a la demencia.
Será que gracias hoy a la experiencia,
y a todo lo sufrido, el hombre viejo
adquiere con la edad tanta conciencia
que siendo de sus actos fiel reflejo,
bien podría a los jóvenes mostrar
sin tener que un revólver disparar.-
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