PERDÓN
Pedir perdón no quiero a cada paso
al dejar que retumbe mi lamento,
sin que ningún loable fundamento
justifique de veras mi fracaso.
A los profetas presto poco caso
cuando de gratis venden su tormento,
hasta dejar al necio sin aliento
por presumir iluso de payaso.
Y pareciera que no espero nada
porque de la paciencia yo disfrute
mientras de media misa paso un kilo,
y tanto que mi piel desmaquillada
en mi ánimo mucho repercute
cuando en hogar ajeno pide asilo.
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