SONETO ALEJANDRINO.-
BENDITA NATURALEZA
Bendita sea siempre nuestra naturaleza
cuando a nuestros sentidos sirve de regocijo,
porque a la flora y fauna le sirvan de cobijo
al tiempo que la dota de su propia belleza.
Ojalá el ser humano con gran delicadeza
estime el medio ambiente, como si fuera el hijo
al que a diario le enseña a cuidar del cortijo
que será siempre en vida nuestra mayor riqueza.
Ojalá el ser humano con su atroz avaricia
la faz de este planeta no la arrase con fuego
pretendiendo encontrar su ansiado tesoro,
pues tan sólo a muy pocos la tala beneficia
resultando evidente que el absurdo trasiego
pudiera resultar un desastre sonoro.
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