SONETO
SALDAR CUENTAS
No es tan fácil saldar sutiles cuentas,
mientras la vida corre locamente
su aventura, y se para de repente
sin antes desgarrar sus vestimentas.
Pues cuando se tapan las afrentas,
hurgando quedarán probablemente
revolviendo cenizas por la mente,
como pasa con todas las tormentas.
Y es que si media vida se malgasta
pensando en reparar tantos trajines,
la otra mitad sería tan fugaz
que ni siquiera al disponer de casta
a mano se tendrían comodines,
para afrontar la gloria sin disfraz.
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