Quisiera verte siempre,
campar a tus anchas,
entre el valle y la sierra,
por los pastos y veredas
por planices y montañas
mientras el sol calienta.
Que el frío de invierno,
no sea para ti una afrenta,
que el caluroso verano,
valga para echarte la siesta.
Que nunca te sientas solo,
aunque no camines en pareja,
te acompañan los aullidos,
de quienes habitan la sierra.
No temas por tus cachorros,
ellos se harán pronto dueños,
de la bondadosa madre tierra,
conocerán, hallaran todo en ella.
No temas por tus heridas,
si al resbalar la piel se lleva,
cae la lluvia también para ti,
y la nieve limpia te espera.
Saldrá de nuevo el sol,
oirás el eco de una voz nueva,
diciéndote que ahí está siempre,
aunque tu hoy no la veas
mientras la herida se seca.
No merodees sin rumbo,
mira el horizonte y olfatea,
nada ha de faltarte, habrá
quien te ayude en tu quimera.
Entre la maleza y arboledas,
pasaras noches enteras,
ahí estará tu abrigo siempre,
encuentra y mide tu fuerza.
Y no ha de faltarte coraje
para ser fuerte y firme
en la conocida espera,
eres veloz y valiente amigo,
puedes con lo que sea.
La serenidad te caracteriza,
inteligencia y paciencia,
donde pones tu mirada,
es porque vale la pena.
Un abrazo amigo lobo,
desde mi montaña pequeña.
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