En una noche tranquila
reposada y rutinaria
vino a mi mente una escena preciosa
que viví conscientemente.

Hallándome en un jardín
absorta contemplaba
como un carro de luminosas estrellas
hacia mi se avalanzaban.

Eran estrellas multicolores,
de distintos tonos y tamaños
que juguetonas danzaban
alrededor de mi aura.

En su descenso y recorrido
ascendian y vibraban
una y mil veces
llenándome de su magia.

Envuelta en su fulgor
era feliz y cantaba
no llegando a comprender
lo mucho que representaba.

Esta imagen sorprendente
me causó un gran contento
llenando mi corazón
de un cálido silencio.

Más tarde comprendí
el mensaje de este sueño.
Eran bendiciones que venian
en forma luminosa
evocándome a recordar
que siempre seré
parte querida del Universo.



Par ti Lunay - la gran protagonista -

mabel