En nombre de la justicia,
de la moral y las buenas costumbres,
por no tener dinero ni tanta pericia,
queda detenido y condenado a sufir hambre.
En nombre del amor y la prudencia,
de la sensatez y la esperanza,
por carecer de la requerida decencia,
queda detenido, igual sus proyectos y añoranzas.
En nombre de la igualdad y la ley,
del buen parecer y de la cordura,
por ser del pueblo y no ser rey,
queda detenido con mano dura.
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