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La fuente

A una fuente fui a beber
y una moza estaba allí,
con un cántaro tan grande,
que no podía mover.

Allí mismo me ofrecí
para llevárselo yo,
con cara muy vergonzosa
ella me dijo que no.

En el pueblo no es costumbre
hablar con los forasteros,
ella no me conocía
y lo comprendí enseguida,
y yo le dije quien era.

Era la primera vez que
pasaba por allí,
pero ya desde ese día
por allí yo volvería
pues mi corazón robó.

No la quería perder
era la primera vez,
en que yo me enamoraba,
de una moza tan lozana
que allí mismo le pedí
que conmigo se casara.

Pues la encontré tan hermosa
no la quería perder,
vi su inocencia en la cara,
por vez primera sentí,
amor por una mujer.

Mi destino estaba allí
no fue la casualidad,
bajé del coche a beber
el destino estaba escrito,
y de ti me enamoré.

Y no quería perderte
a tu casa yo me fui,
y con tu padre yo hablé
y yo le dije quien era,
iba destinado allí
era maestro de escuela.

Tu padre lo comprendió
y me dijo que esperara
eras joven todavía,
para que ya te casaras.

Así pasaron dos años
y viéndonos cada día,
nuestro amor fue floreciendo,
y vi que tu me querías.

Tu padre me dio tu mano
pues vio un hombre cabal,
que te supo respetar,
hasta que al fin nos casamos.

La felicidad amigos,
en donde menos se espera,
es en donde la encontramos.



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Teresita Vázquez

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Publicado el: 15-06-2002
Última modificación: 00-00-0000


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