Hoy he decido ser mi nombre,
aunque un nombre en si nada signifique y las palabras nada digan.
Recorrer el camino escrito para mi con cada escrito de mi,
viviendo para sentir el beneplácito recuerdo que atesoro,
tesoro valioso,
que ni plata ni oro oscurecen,
donde el oxido del tiempo alimenta mis poros
oscureciendo la sangre de mi tinta sobre la pluma.
Renovarme en el reflejo de nuevos ojos,
inspirarme con el aliento de mis anhelos,
en el ciclo escurridizo de miedos y vanidades,
amores y sollozos, paz y melancolía, amar ...
persiguiendo la búsqueda de ser
algo mas que el sonido de un címbalo estruendoso clamando por el aire,
concretar,
el almácigo de sentimientos renovados para dar, creer y ser.
Para aprender a morir,
¿cuantas veces he de desear morir? …
En la aterradora incertidumbre de saber quien “no quiero ser”,
careciendo de la seguridad de “quien quiero ser”,
habiendo olvidado quien “he sido” y buscando las hormonas de mi cuerpo en el aire que me indique el rumbo de “quien seré mañana”
hoy si sé donde estás y me hecho de menos al desearte como te deseo,
perdiendo mi vida en esta miserable muerte,
tras cada segundo que mi pensamiento esta a tu lado,
la inutilidad que me abruma en el saberte tan lejos.
Hoy solo deseo morir, solo deseo dormir.
|