Tu abandono me duele muy profundo.
Tu silencio me mata lentamente.
Camino sola y triste por el mundo,
llevándote clavado aquí en mi mente.

¿Por qué no has acudido a nuestro encuentro?
Si sabes que por ti, renuncié a todo.
Por eso es que yo vivo en cruel lamento,
y a pesar de tu infamia, yo te adoro.

No pienses que hay rencor en estos versos,
ni que ciega la rabia mis sentidos.
Pues no puedo olvidar aquellos besos,
ni los gratos momentos que he vivido.

A tu lado ¿recuerdas? o es que olvidas,
las cosas que nos unen fuertemente.
Porque estamos atados, de por vida,
y si los muertos aman ¡de por muerte!

¡Quiero saber de ti, contéstame enseguida!
No agrandes mi dolor, con tu silencio.
Porque a pesar de todo soy tu amiga,
y no habré de ofrecerte mi desprecio.

Perdona si no firmo estos versos,
pero sabes muy bien, quien los escribe.
No es necesario dejar mi nombre impreso,
soy la misma de ayer ¡la que sin ti no vive!

Aurora Garcia