Ya no hay que conversar, todo está dicho.
No acepto tus disculpas ni tus quejas.
Fuiste un día mi amor, hoy mi capricho,
el cual mi voluntad por otro hoy deja.
Ya no hay que conversar yo dije no y basta.
Y cuando digo ¡no! es para siempre.
No quiero aclaraciones, ahora no hacen falta,
pues tengo un nuevo amor ¡me arrastra su corriente!
Ya no hay que conversar, aquí concluyo,
quédate con la dicha que te hube regalado.
Lamento yo no pueda devolverte algo tuyo,
pues si mal no recuerdo ¡nada hermoso me has dado!
|