A pocos minutos de nacer
llegó la temida despedida,
un sueño perdido en la memoria,
una ilusión desde pequeña creada,
el adiós inevitable del camino.
Un nuevo andar,
un viaje largo y rápido,
hasta llegar al final,
desvaneciéndome y muriendo.
Preguntas quien soy,
me pregunto lo mismo,
soy tan solo una lágrima.
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