¡Que sé yo! por qué tristeza tanta.
¡Que sé yo! pero en verdad me espanta,
arrastrar el fardo de esta pena.
¡Que sé yo! por cuanto tiempo anda,
haciéndome sufrir de esta manera,
que perdí la noción bajo mis plantas.
Y puedo asegurar, que sé yo cuantas,
las llagas que lastiman mi alma en pena,
ni el por qué de arrastrar estas cadenas.
Que cada día sin piedad desangran.
¡Que sé yo! por qué razón me espanta
esta verdad, que siempre me encadena!!
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