Te espero hoy en el cuartito
donde la cama roza pared.
Pequeño azul y tan clarito
que en su conjunto ¡bello se ve!
Nuestro buró aunque es muy viejo
siempre reluce con su esplendor.
Y allí en su silla mi ropa dejo
cuando no escribo versos de amor.
Cuando me entrego en el delirio
de nuestro amor que no es común.
No como algunos que son de vidrio,
cuando los rompe la ingratitud.
En el no existen jamás traiciones.
Ni enfermos celos, ni hipocresía.
En el habitan las ilusiones,
la comprensión la valentía.
Te espero hoy en el cuartito.
Y aunque la cama roza pared.
En ese instante de amor juntitos,
nos damos cuenta ¡que grande es!
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