Oigo tu música vibrante
que atraviesa paredes y contornos.
¿Porqué tantos sonidos
que invaden de cerca mis arcanos,
eclipsando adagios y romanzas?
Como bárbaro invasor,
cruzas mi campo,
y lo haces de Marte por rebelde.
Quiero firmar la paz de decibeles.
Encierra tu tormenta de tecnos y de agudos,
en breves tapones auditivos
y estallen tus tímpanos de gozo.
Encierre yo mi música en mi mente
y penetre suave por mis venas,
oxigenando el corazón y los sentidos.
Encierro y libertades de dos mundos
que deciden compartir el no sonido,
disfrutando sus mutuas veleidades.
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