Con una rosa blanca, quitaría de todos las impurezas del alma.
Con una rosa amarilla, a los enfermos les devolvería la salud y la calma.
Con una rosa roja, dibujaría sobre el firmamento tu rostro y conjugaría el verbo amar.
Con una rosa azul, esperaría la puesta del sol para regalársela a Dios.
Con una rosa de mil colores, teñiría de arco iris estas ideas sueltas.
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