Venimos a suplicaros
con todo nuesro fervor,
tuvisteis el privilegio
de ser padres de la Virgen
Madre de Nuestro Señor.
¡Más alegría no cabe!
como humildes pecadores,
a vuestros pies nos postramos
para que nos deis la Fe.
La vida nos va alejando
¡pero que nunca nos falte,
la fe que necesitamos,
de las cosas Celestiales!.
Solo buscamos amor
pues como hijos de Cristo,
su Madre nos enseñó,
a querernos como hermanos,
¡Que era la Madre de Dios!.
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