Ayer, te escuché en las notas de un piano,
te ví entre las cartas tuyas que conservo.
Ayer, te sentí por la noche, al cerrar los párpados,
conversé contigo, en medio del profundo sueño.
Ayer, yo mismo me engañé, no estabas aquí,
pero fue una grata y sutil experiencia.
Ayer, yo mismo me engañé, por verte a tí,
lo hice siempre sabedor de tu real ausencia.
Ayer, te escuché en las notas de un piano,
hoy estás conmigo, en todas partes, es lo mejor.
Ayer, te sentí por la noche, al cerrar los párpados,
hoy estás aquí, luciendo en todo tu esplendor.
|