De esas cosas que pasan inevitablemente.
De ese anhelo escondido que se realiza al fin.
De ese débil momento en que falla la mente,
olvidando el presente, turbando el porvenir.
De esos grandes pecados donde Dios es testigo.
Aunque el mundo lo ignore el error está ahí.
De esas sombras ocultas que saltan al camino,
por muy recto que traces tu camino a seguir.
Esos sin fin de errores que a veces cometemos,
por saciar los deseos de la pasión carnal.
Casi siempre por ellos, lo mejor lo perdemos,
y es demasiado tarde para rectificar.
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