Yo se que fue un impacto, inmensamente bello,
el que sentí aquel día que yo te conocí.
Me gustaron tus ojos, tu cuerpo, tus cabellos,
y yo como una tonta, miraba para ti.
Tú en cambio algo nervioso, bajabas la mirada,
te parabas erguido, mirabas el reloj.
Yo sentada en mi coche, solo a ti te miraba,
y la luz del semáforo no se cuando cambió.
El claxon de cien carros, interrumpió el impacto,
aquel que tu presencia a mi ser, le produjo.
Llegué tensa al colegio, en el momento exacto,
que empezaban las clases de artes y en dibujo....
Dibujé tu semblante, con tus ojazos bellos.
Tu cuerpo dibujé, tan perfecto y exacto.
Que el profesor me dijo ¡ tu obra es un destello!
y yo le dije ¡no, mi obra es un impacto!
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