Hoy no despertaron alegres las flores,
miraron somnolientas el nuevo amanecer;
abrieron sus ojos carentes de fulgores,
así amanecieron hoy, ¿qué se puede hacer?
Haciendo gala de sus locas travesuras,
el sol intentó temprano coquetear con ellas,
mas su corazón fue herido por la amargura
de haber sido despreciado por aquellas.
¿Qué se puede hacer? Las flores duermen,
la luz del día no quieren admirar
y así, pasan las horas distraídas, silentes;
hay que luchar para poderlas reanimar.
Les regalaré entonces un dominó con estrellas,
les contaré de la vida y de cuitas de amor,
que Dios las hizo a todas atractivas y bellas,
que el sol está para brindarles su calor.
|