Tengo ganas de darte un beso suavecito,
de ésos que bien saben dar los adolescentes,
de dibujarte en un corazón bien hechecito,
de acariciar tu pelo en la noche silente.
Tengo ganas de decirte al oído un piropo,
de verte alegre pedaleando en bicicleta,
de verme reflejado fielmente en tus ojos
y compartir contigo una buena galleta.
Tengo ganas de caminar muy lejos contigo,
de entregarte en primavera unas estrellas,
de colocar en tus labios un beso suavecito,
de obsequiarte la inmensa luna llena.
Tengo ganas de regalarte esta poesía,
de que la conserves siempre en tu corazón,
de que la recuerdes de noche o de día,
con muchos motivos o sin ninguna razón.
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