Frágil camino de ilusiones.
A dolores infinitos nos consumes
o a dichas fugaces nos abrigas.

Corazón nido de amores.
Corazón cáliz de vida.

Latidos acompañan tu ventura.
Silencio tu viaje de partida.

Te escucho en mis noches de agonía.
Te sufro cuando dueles a porfía.

Prefiero tu fulgor altivo y agresivo
que me dice agitado que aún palpitas,
a tu calma pesada que me abruma.

Duda eterna que me habita.
¿vivo porque vives o vives porque vivo?

Marta B. Carrillo