Es tu ilusión de moños y algazara.
Es el balón, el oso, la muñeca.
Es el pesebre que huele a chimenea.
Es tu niñez descalza y en pijama.
Son tus ojos de sueño almidonados.
Es tu sonrisa de infante trasnochado,
buscando entre velos la dicha prometida.
Es ese desorden de cintas y papeles,
cayendo en cascada sobre el piso.
Es el regalo más hermoso,
tu risa de juguete navideño.
|