Con el transcurrir del tiempo,
mi fábula yo inventé
suprimiendo el argumento,
pues señor....este era un rey.
Por ser fábula gastada,
y a todos cansarles esa,
como en los cuentos de hadas,
yo me proclamé princesa.
Tuvo lugar mi reinado,
entre nubes de algodón,
y alguien me hubo coronado
con estrellas de color.
De diamantes mi castillo
yo lo mandé a construir,
me cegó tanto su brillo,
que no pude entrar allí.
Eso me hizo comprender,
cuando el hombre se deslumbra
que siendo princesa o rey,
nuestra morada ¡es la tumba!
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