Voy de peregrino a San Juan de los Lagos,
mientras t, ostentosa y sensual, luces ante m,
blanca y llena, presumida me ves desde lo alto,
llegas y conmigo te vas, te quedas aqu.
T no dices nada y yo, voy mirndote volar,
adivinando tus lucos y frgiles pensamientos.
Al paso de las horas, t ya quieres soar
y yo, exhausto de caminar, an voy contento.
La noche parece no tener fin, el fro aumenta,
pero nada de eso a t parece importarte.
Como voy de peregrino, no debo expresar queja,
hay que seguir y no soar con sentarse.
Siete horas llevo de andar por la brecha,
ya mi caminar es cada vez ms lento, es la verdad.
Me resigno entonces a peregrinar hasta que pueda,
ya la Vrgen de San Juan esto lo entender.
Al llegar a Trujillos, pequeo y pintoresco poblado,
t, luna hermosa, no dejas un instante de brillar.
Iluminas mi cuerpo, dolorido y cansado,
mientras yo an sigo, lentamente, mirndote volar.
Otro ao podr caminar hasta llegar a San Juan,
por lo pronto, debo hacer alto y descansar.
Sin embargo, el esfuerzo hecho no lo doy por fugaz,
la Vrgen de San Juan, sin duda, me ha de perdonar.
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