No quiero más tesoro que tu afecto
ni más luz que tu mirada
me basta el calor que sale de tu pecho
para regalarme la vida entera

Qué más claridad quiero
que la que muestra tu alma
la paz de tus palabras
de tu lozana presencia

El cielo es saber que te tengo
sentir en mi piel tu aliento
sabiéndote tan lejos cerca
cuanto en mis adentros late
para que el mundo no me venza

Me pierdo entre los límites de mi desierto
y sediento me adentro entre sus veredas
descubriendo como los sueños me evaden
convencido en la verdad de cada momento
con todo mi equipaje a cuestas
recorro todos los atajos
con todo el cielo por delante
la vida se me presenta
como una gran ventana abierta.

Luis Pérez