Rescátame del mundo te lo pido.
Me hiere la gente que lastima.
El dolor de los niños.
La tristeza de los viejos.
El hambre que duele en la mirada.
El silencio que habla de miserias.

Rescátame Señor yo te lo pido.
No puedo despertar serena y franca
cuando la tormenta se lleva los sembrados.
La paz se mezcla con la muerte
y hasta la guerra se mira en los cristales.

Rescátame y llévame a la vida
al camino real hacia la aurora
y no al destino perverso
que me pierde en los infiernos.

No quiero promesas a futuro.
Quiero el amor pequeño pero cierto,
en dosis diminutas cotidianas
que me abriguen de ti
hasta el ocaso final de mi partida.

Marta B. Carrillo