Si para demostrarte que te quiero de veras
me pides una prueba que no puedo cumplir,
mejor olvidaremos lo nuestro en hora buena
y sigamos caminos distantes hasta el fin.
Cuando el amor es puro y es un amor sincero,
se rompen las barreras con gran facilidad,
pero hay barreras que son hechas de acero
y no hay poder humano las logre derribar.
Por eso yo te pido que lo nuestro olvidemos,
sin penas sin angustias sino con un adiós.
Pues desgraciadamente ni tú ni yo podemos,
destruir la barrera de este imposible amor.
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