Yo, que te quiero tanto, penetro en tus sueños,
para no estar un instante de tu lado.
Fundo el frío de la noche y hago fuego nuevo,
para cobijar tu cuerpo y así, duermas sin sobresalto.
Yo, que te quiero tanto, sé que tú bien sabes
que mi amor es sólo tuyo y de nadie más;
sabes que yo bien sé que esto es imposible que acabe,
pues tu y yo nos amamos sin medida ni final.
Yo, que te quiero tanto, no me aparto de tu lado,
convierto el tiempo en instantes preciosos,
hago fuego nuevo mientras duermes en mi regazo,
soñando juntos, en momentos cálidos y candorosos.
|