Ayer yo lloré de pena
dos arbolitos planté,
como eran tan chiquitos
como era un viento tan fuerte,
De cuajo los arrancó.
El pánico fue sembrando
Igual que mis arbolitos.,
Otros más fueron cayendo.
Nada se podía hacer,
y la muerte fue sembrando,
y mucho daño fue haciendo
¡pues era un huracán,
Que todo fue destruyendo.
Yo me refugié en mi casa
pensando en los demás,
todo lo que fue encontrando
¡el pánico iba sembrando!
Y yo lloraba de pena,
pero nada pude hacer,
cuando todo terminara
Los plantaría otra vez.
Las vidas que se perdieron
esas ya no volverán,
pues eran seres queridos
que allí dejaron su vida,
¡Por el maldito huracán!.
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