El buen poeta habla del dolor en la vida,
habla de sus fracasos, habla del desamor,
habla con mucha pena de traición recibida,
y resalta que siente y disfruta el amor.
Habla de hechos que ocurrieron a otros,
de sucesos vividos ante un mundo feroz,
de guerras y conflictos que vivimos nosotros,
en un mundo sin puertas que nos trae desunión.
Habla de personajes grabados en la historia,
habla de todo aquello que tiene alrededor.
Y siempre hace presente esa verdad notoria,
de que seamos dignos a los ojos de Dios.
El buen poeta es eso, aunque no tenga rima,
ni métrica; si ayuda con sus simples mensajes,
a animar a otros seres a disfrutar la vida,
¡esos son los poetas auténticos, reales!
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