En la colmena de tus apetitosos labios,
impongo la ruda tarea, beso la osadía
que aviva tu sonrisa y vuelca tus sentidos;
así es el pan nuestro de cada día.
En palpitaciones de un espacio sin sendero,
puntual extraigo los néctares de tus labios,
hasta dejarte vacía de palabras y de rezos,
hasta que surge un camino en el espacio.
En la colmena de tus labios que nadie ve,
impongo ruda tarea, beso la osadía
que aviva tu sonrisa y vuelca tus sentidos;
así es el pan nuestro de cada día.
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