La gente se ha vuelto loca
con tanta agresión incontrolada
con tanto afán de protagonismo
en contiendas marginadas.
Los mas poderosos y arrogantes
imponen su fuerza con saña
ante pueblos ya cansados,
sometidos e indefensos.
Aunque dos bandos existan
en las guerras por decreto
no hay victoria, ni laureles
pues en el fondo de ellos
solo el odio les mantiene.
Nadie es mejor, ni peor,
todos somos hermanos
aunque algunos no lo acepten
somos del mismo legado.
Ya se que no es fácil hablar
del perdón en estos casos,
más si Dios nos perdonó,
por qué no hacerlo nosotros?...
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