DAME TU MANO
A todos los que estén triste,
sin ilusión, y olvidados.
A todos los que no insisten,
porque ya están defraudados.
A todos los que la vida,
les niega amor y dinero.
Y no encuentran la salida,
hacia un nuevo derrotero.
A todas esas personas,
enfermos y sin aliento.
Unan sus manos ahora,
y viajemos por el tiempo.
Veremos que desde siempre,
ha existido adversidad.
Y que solo los valientes,
con fe, la superaran.
La tristeza, el abandono,
la enfermedad, la miseria.
Si tú luchas de cien modos,
la fe siempre está dispuesta.
Apretemos nuestras manos,
porque yo, al igual que ustedes,
puse la fe de mi lado,
y hoy día penas no agreden.
A mi alma fortalecida,
con la fe a mi costado.
Déjala entrar a tu vida,
¡y veras los resultados!
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